martes, septiembre 26, 2006

Gracias por fumar

Estupenda sátira la dirigida por el hijo de Ivan Reitman (que,
inexplicablemente, parece haber alumbrado un vástago lúcido y con
ganas de contar cosas). Siempre he pensado que los americanos
(perdón, los norteamericanos o, más exacto aún, los habitantes de esa
nación poderosa y contradictoria llamada Estados Unidos de América;
grave error que cometemos una y otra vez y que supone un desprecio
para los diferentes pueblos del viejo continente) cuando hacen
autocrítica lo hacen de "puta madre".

No se trata de una crítica facilona proveniente de progres
trasnochados practicantes de ese "antiamericanismo" tan injusto, no;
lo siento, amigos de las etiquetas simplistas.

Se trata de un film que no me merece apenas un pero: un guión inteligente,
atrevido (no sé cómo habrá sentado a Brad Pitt o a la Zeta-Jones que
se les mencione como mera mercancía al servicio de los que pagan e
imponen criterios en Hollywood), incisivo (estupendas las reflexiones
sobre el concepto de "libertard", dignas del peor desprecio pero que
resultan casi, casi irrefutables), nada maniqueo (muchas lecturas
tiene el asunto); una realización más que correcta, que deja espacio
para interpretar al estupendo reparto (encabezado por un perfecto
Aaron Eckhart, actor fetiche de Neil Labute).

Lo peor del asunto: que a pesar de que nos digan lo evidente, de que
nos muestren como nos "venden la moto" una y otra vez (por unos y
otros), la maquinaria informativa del sistema (y, ojo, que no hablo
de ningún "gran hermano"; el poder, y principalmente el "mercado" tan
adorado, está demasiado diversificado como para hablar de tal cosa)
es tan poderosa, y nuestras mentes tan sumisas, que las cosas
seguirán igual en cuanto pisemos la calle al salir del cine.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio