miércoles, mayo 16, 2007

Clubs de gente "moldeable"

Cuando vi "El club de los poetas muertos" era un adolescente
idealista todavía en fase de ser "moldeado" (cosa que creo que
todavía no se ha producido, espero que para bien). El caso es que me
encantó aquel canto a la rebeldía juvenil en aras de ser uno mismo (y
si el "uno mismo" era artista, pues mejor), la película de Peter Weir
me pareció perfecta cinematográfica, humana y pedagógicamente. Hoy,
aunque más crítico, sigo pensando que es una buena película que
deberían ver todos los chavales.

"Emperor´s club" (creo que no tuvo traducción en su distribución
española, debe ser que mola más el inglés para los títulos simplones)
no parece disimular su legado, herencia o quizá réplica a la historia
de Mr. Keating y sus alumnos (hay que aclarar que lo que aquí es
"club", allí era "society" en el original, pero bueno). Cuando vi la
película en una sala de cine, mi decepción fue absoluta al pretender
revivir aquello que me extasió en el film de Weir: transgresión,
romanticismo, carpe diem, dinamitar las instituciones, caminar por
senderos poco transitados... Esta última frase es la clave, en "El
club de los emperadores", nuestro conservador profesor Hundert (el
siempre grande Kevin Kline) le espeta a un alumno, que estaba
caminando alocadamente sobre el cesped, que vaya por el sendero ya
demarcado: "allí por donde antes han caminado otros grandes
hombres". Esta metáfora, básica pero muy efectiva, es la que se
enfrenta al canto del profesor Keating a encontrar el camino uno
mismo (o incluso, como le dice uno de sus alumnos más rebeldes: "el
derecho a no caminar").

La película de Hoffman es muy correcta, un canto a la virtud
tradicional (quizá en su concepción clásica y fundacional, tal como
la concebió Aristóteles; no tengo ningún "pero" en ese sentido), algo
esquemática (ese alumno rebelde con material ¡maoísta! en su maleta y
poster de Dylan y de "À bout de souffle" podía haber estado más
matizado) y con momentos al borde del ridículo (lo de el concurso en
la escuela, repetido con los chavales hechos adultos, en fin), pero
emotiva y simpática en su crítica a unos tiempos modernos sin
valores, con canallas y embusteros en el poder.
Por cierto, si pueden, echen un vistazo a las "escenas eliminadas" de
la edición en DVD. Muy acertado el montaje al prescindir de ellas: la
película sí hubiera caído en el ridículo unas cuantas veces.

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