lunes, noviembre 19, 2007

No sé muy bien qué opinar de "El hombre de arena" (no el atormentado enemigo del hombre araña, sino un individuo encarcelado al que se alude con una obvia metáfora). Vamos, que sí sé qué opinar (guión endeble e inverosímil, realización plana, interpretaciones discretas...), pero es que es una pena que no se haya hecho un film mínimamente decente y aprovechable también para recordar la necesaria memoria de este país.

Porque una historia sobre un bohemio y vitalista joven al que se encierra en un severo siquiátrico en los años 60 (años de continua placidez para Mayor Oreja y su familia) daría mucho, pero que mucho juego. Pero la película es tal cúmulo de despropósitos, lugares comunes (lo siento, pero el director "reformista" que aparece en la explicación final me toca mucho la moral), maniqueísmos y preguntas sin responder, que sería mayúsculo el esfuerzo que habría que hacer para mantener con dignidad el asunto, desde el principio hasta el fin (y de verdad, que lo digo con tristeza pero es que las buenas intenciones no bastan para hacer buen cine).

Y la referencias a otras películas "carcelarias" (desde "Alguien voló..." hasta "Cadena perpetua", pasando quise ver hasta por "V de Vendetta" -ese paciente de la celda número 5, también desaprovechado y metido con calzador-) son simplemente una salpicadura anecdótica y mínimamente simpática.

Y, por favor, que no se pretenda que comulguemos con ruedas de molino en el casting -que tal vez ha buscado más la comercialidad que sus auténticas necesidades-. El aspecto y los tics de "Lolita" burguesa que tiene María Valverde (que, por otra parte, tiene un potencial enorme y parece un auténtico "animal de cine", todavía conservo los ecos de esa buena película que es "Ladrones") hace que su personaje de joven de pasado trágico y niñez inexistente resulte un imposible.

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