domingo, febrero 10, 2008

Todavía no me he recuperado del mazazo que supone la visión de la última película de los habitualmente talentosos Coen -pero que llevaban un par de películas flojitas, flojitas-. Ya escribiré de ello cuando mi ánimo y mi tiempo me lo permitan. De momento, prometo eludir frases como "nueva exploración de los Coen de las múltiples aristas de la cultura nortemericana". Bardem, como casi siempre, genial.

Y perplejo me están dejando las buenas críticas que recibe la nueva película de John Rambo -a Rocky decidió añadirle el apellido en su último combate, a éste ha optado por el nombre de pila; lo de los números romanos de las secuelas era ya quizá vergonzante-, dirigida por el propio Stallone. Tengo curiosidad por ver este film. Me explico. El Rambo literario -en la novela llamada First Blood, escrita por David Morrell en 1972- tenía pretensiones de denuncia que se mantienen en la primera película -aunque minimizados los asesisnatos que comete esa perfecta máquina de matar creada por el Estado- dirigida por Ted Kotcheff en 1982. Más tarde, el personaje se convertirá en el perfecto héroe de la era Reagan, siendo el vengador de la guerra de Vietnam en la primera secuela -y donde reclama un amor a la patria que considera no correspondido- y, de nuevo luchando contra la amenaza comunista, en Rambo III aliándose en Afganistán con... ¡los talibanes!. Estábamos a un suspiro de que cayera el muro, de que los gobernantes rusos pasaran a ser aliados capitalistas y de que se buscara a un nuevo enemigo que llenara el hueco que había dejado el fin del comunismo. Los cánones del cine de acción de aquel tiempo estaban lejos de lo políticamente correcto que impera en la actualidad y Rambo mataba mucho y bien en la pantalla en su combate contra los perversos rojos. Según dicen, Stallone ha mantenido esa línea en el nuevo film, auténticamente gore, y ha huido del camino fácil de buscar a un enemigo árabe. Lo dicho, curiosidad.
Resulta muy interesante hacer un estudio del cine de acción como reflejo político de cada tiempo. Muy, muy interesante y abundaría en la idea de que es auténticamente díficil sostener la idea de la industria cinematográfica como mero espectáculo y divertimento.
El cachondo de Billy Wilder dijo que si quería mandar un mensaje escribiría un telegrama. Él, que tantas geniales y feroces "diatribas" lanzó en sus películas de la condición humana y de los tristes sistemas políticos que ha generado.

Tiemblo de emoción ante la nueva película de uno de los mejores directores jóvenes, Paul Thomas Anderson, protagonizada por uno de los mejores actores, si no el mejor, vivos, Daniel Day Lewis -imploraremos para que no vuelva a su retiro-. El film se llama There Will Be Blood, traducida en un alarde épico de fines comerciales como Pozos de ambición. Otro análisis, esta vez más divertido, merece esta tendencia de las distribuidoras a poner títulos estúpidos.

1 comentarios:

A las 7:43 p. m. , Blogger IALUBLU ha dicho...

Tranki, no te impacientes. Pozos de ambicion la estrenan este viernes 15 de febrero. Por si no lo conoces, aki puedes ver los proximos estrenos:
http://www.filmaffinity.com/es/film523220.html. Casi me animas a ver la nueva de Rambo, ke no pensaba. Ah, atento al estreno de Seda aunke aun no tiene fecha y sera dificil ke refleje el misterio y la sensualidad del libro ke te recomiendo si no lo has leido.

 

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