lunes, diciembre 03, 2007

Pues me gustó la nueva película dirigida al alimón por Jaume Balagueró y Paco Plaza, cuyo curriculum no me causaba muy buena espina (y no lo digo porque dirigieran, también de manera conjunta, algo relacionado con cierto concurso televisivo de voces cantarinas). "Rec" es una buena fábula de terror, dirigida con pocos medios y bastante talento (que suelen ser, desgraciadamente, inversamente proporcionales en el género de terror), con un estrafalario sentido del humor a veces fallido y que deja muy buen sabor de boca al estar estupendamente resuelta. Resulta obvio que no hay nada original en esta película (como tampoco lo hay en esa otra artificiosa y sobrevalorada película que es "El orfanato"; los directores de ambas películas han reconocido sus reiterados homenajes), pero a quién le importa a estas alturas, se agradece mejor el talento que la capacidad de sorpresa o las buenas intenciones; de hecho, los americanos, tan faltos de ideas ellos, ya se han apresurado a comprar los derechos para un remake y resulta más bien estúpido: no creo que se pudiera perseguir jurídicamente a alguien porque realizara una historia de una reducido grupo de personas sitiadas en una casa y con una amenaza zombie de por medio.

Se dirá de la absoluta falta de pretensiones de esta película y es cierto, pero quizá se haga de la necesidad virtud en su afán de meter en una coctelera otras películas modernas del género. Como este blog apuesta por la presencia de ideas en el cine y niega a los devoradores de palomitas que solo quieren pasar el rato, voy a tratar de llevar la cosa a mi terreno, con ciertas presencias que quiero ver en esta película de terror español (que ya está más que hibridado con lo que se hace allá en el imperio): la amenaza más cientifíca que zombie tipo "28 días después" (y su estimable secuela), la propia amenaza que resulta también las casi invisibles fuerzas del Estado que sacrifican sin explicaciones a un grupo de ciudadanos, la mezquindad xenófoba que asoma en casos de riesgo y la falta de colaboración para afrontarlo en ese paradigmático grupo vecinal, la virtud del guión para rondar lo sobrenatural sin caer en el ridículo (virtud que no termina de tener esa sobrevalorada película mencionada más arriba) y tener una coherencia final cristalina sin dar muchas explicaciones. Por no hablar de la columna vertebral de la historia, un reportaje para un sensacionalista programa televisivo; la labor periodística se relata sin enfatizar demasiado en la supuesta crítica mediática (otra virtud).
Sí, todo ello más bien previsible y estereotipado, pero bien resuelto.

Si quieren pasar un buen rato, vayan a ver esta película. Y, por favor, no hay ninguna necesidad de eludir la reflexión, incluso en este género. Eso digo yo.

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