viernes, abril 04, 2008

Acabo de terminar la novela de Cormac McCarthy La carretera y no tengo demasiadas esperanzas sobre la adaptación cinematográfica. Su trama post-apocalíptica, desposeída de todo lo que de "políticamente incorrecta" tiene, va a dar lugar, me da la impresión, a otra vulgarización tipo Soy leyenda made in Hollywood. El propósito de McCarthy es reflexionar sobre la condición humana (sin que haya una respuesta clara al respecto, no voy a entrar aquí en maniqueísmos "hobbesianos" o "rousseaunianos") y sobre temas presuntamente trascendentes, convertidos en "nada" al irse al garete la civilización y convertirse la vida en una desesperanzadora lucha diaria por la supervivencia. Padre e hijo, así sin nombres propios, se convierten respectivamente en símbolos del pragmatismo, a veces deshumanizado, y de la compasión, tal vez algo excesiva en un crío que ha crecido en un entorno tan hostil y truculento. Me gustó la novela. A pesar de su brevedad y de su atractivo, que tiene múltiples enfoques, no resulta tan fácil de leer como parece, debido a un manejo del lenguaje exquisito (muy técnico a veces) y a lo ambicioso y ambiguo de sus intenciones. Ese Dios tan mencionado, el mito prometeico del "fuego" o la existencia de un bando "bueno" en los supervivientes son mentiras más o menos retóricas que mantienen esperanzada la mente ingenua del hijo. No creo que todos estos ingredientes se consideren atractivos para el gran público (con todo mi respeto para el gran público, solo trato de meterme en la cabeza de los que planifican el cine de consumo de masas) en la adaptación que ha hecho John Hillcoat, con guión adaptado por Joe Penhall. Esperemos que haya una sincera motivación de respetar el material literario de MacCarthy, aunque la puesta en marcha de otras dos adaptaciones de novelas de este hombre hace temer que el asunto esté originado en el éxito de No es país para viejos y en la desesperada búsqueda "hollywoodiana" por buscar material para sus historias. Por cierto, aunque no resulte muy popular decirlo, creo que la fallida película de los Coen pecaba de algo parecido a lo que temo que puede ocurrir con La carretera, insistencia en la estética y en los aspectos más "comerciales" de la historia (me refiero a secuencias de suspense y acción, que pueden ser estupendas, por supuesto) y pérdida de la hondura y reflexión muy presente en los libros de MacCarthy. Pero, bueno, siempre es bienvenido que se busquen adaptaciones de escritores de altura y se deje a un lado tanta secuela, tanto remake y tanto superhéroe.

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