viernes, marzo 28, 2008


Los medios, y sus mercenarios, son tan partidistas y tan perversos, que semanas después de que una pelicula marciana pasara sin pena ni gloria por las carteleras les da por cargar contra ella. Como ya comenté en su momento, la película es más bien floja, pero de puro delirante resulta casi simpática. El asunto es tan flagrante que el pequeño vocero de la Cope dice la gilipollez de turno y enseguida se hacen eco en los medios impresos y digitales -que, en realidad, es la misma gente, ¡de locos, de locos!-. La sagrada institución de la benemérita parece que está estudiando si la película, o un cartel donde un encañonado picoleto le practica una mamada al protagonista, no sé muy bien, resulta ofensivo para la institución. Como lo cuento. Parece que es intolerable reflejar que miembros del cuerpo paguen por sexo y mucho menos a militatantes del Movimiento Vasco de Liberación Nacional. Naturalmente, es sabido que en la Guardia Civil no existen puteros ni maricones y hasta la Asociación de Víctimas del Terrorismo se ha solidarizado con este cuerpo que guarda por la seguridad del Estado -que, como es sabido también, somos todos-. La cruzada empezó hace tiempo cuando cierto colaborador de Libertad Digital -me parece que es un gay de derechas, lo que, claro está, le otorga legitimidad para hablar de la auténtica realidad de los homosexuales, los cuales desean no tener los mismos derechos que el resto de los mortales- escribiera que hubo gritos a favor de ETA en el pase de la película por el Festival de Cine Gay y Lésbico el año pasado, cosa difundida por ciertos medios y asociaciones -que se alimentan de estas patrañas, acusando a todo quisque de apología del terrorismo- y ahora tiene su colofón en una nueva campaña con intervención de colectivos de la propia Guardia Civil. Estoy casi seguro que nadie de estos inquisidores ha visto el film -más que nada, porque no lo vio casi nadie en su momento, da la casualidad que yo fui uno de los pocos que acudió a una sala de proyección-, como dudo mucho que hayan visto mucho cine español en su puñetera vida, tan recurrente que son sus acusaciones al mismo. Aquel que haya visto Clandestinos y piense que hay algo serio en lo que cuenta creo que no merece demasiada atención. No obstante, diré que yo creo profundamente en el libre flujo de ideas, en la libertad de expresión hasta sus últimas consecuencias. ¿Que hay personas ofendidas? Bien, podemos hablar entonces de buen o mal gusto o de mejores o peores intenciones sobre una manifestación del tipo que sea, pero a mí me ofenden cosas que veo o leo a diario y no me querello contra nadie -aunque, la verdad, considero que hay otras vías y las practico-. Creo que Clandestinos merece ser vista, y discutida, como creo que la secuestrada portada de El Jueves debió ser publicada o que resulte indignante que el integrismo religioso censurara aquel magnífico cartel de la película El escándalo Larry Flint, donde se veía crucificado al editor de la revista Hustler.

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