miércoles, abril 30, 2008

Paradójicamente, solos unos días después de que La 2 (el último reducto cultural, y que tal vez demuestra algo de humanidad en su visión social, de la televisión) emitiera el valioso documental Las alas de la vida, falleció su protagonista Carlos Cristos. Se ha dicho que "murió con el sosiego y la serenidad que él siempre había deseado para los demás", éste médico vigués que sufrió de atrofia sistémica múltiple, una enfermedad que padecen solo unos centenares de personas en el mundo, por lo que la investigación es mínima. El director de la obra, Antoni P. Canet, ha recordado que se obtuvieron 70 horas de grabación en unos tres años de rodaje para un documental que ha pretendido ser un canto a la vida y una reflexión sobre la muerte digna. En el documental han colaborado un equipo de profesionales de diversos campos (periodistas, guionistas, médicos, filósofos, pedagogos...), sin que hayan pretendido hacer apología de nada ni dar lecciones de ningún tipo. Una obra de calidad y tremendamente emotiva, que muestra una enorme dignidad y ganas de vivir por parte de Carlos Cristos y sus reflexiones sobre su vida al lado de amigos, médicos e investigadores. Valga también como ejemplo, la vida de este hombre, como lucha por la sanidad pública y por una visión humanista de la medicina. El mejor homenaje póstumo para un hombre ejemplar es visionar el trabajo de Canet, donde se refleja su emotivo legado, y seguir trabajando por un mundo más humano. Hay veces que las palabras sobran.

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